1 abr 2007

MI PRIMER HISTORIA

Gracias a las criticas de todos !!!!


Dos cristales y un adios

En un amplio salón, cubierto por grandes mesas de maderas y pesadas sillas, se encuentra Agustín, sentado bajo una de las tantas luces que iluminaban la Biblioteca. Sin más que hacer, juega con el capuchón de su birome, se lo pone en la boca, lo escupe, lo atrapa y lo vuelve a escupir, todo mientras se balancea sobres las patas traseras de la silla.
Pasado un rato, se levanta y decide dar un paseo, se saca los anteojos y los de deja junto a los apuntes y libros que están sobre la mesa; toma la campera que cuelga del respaldo de la silla de su izquierda y se va.
Entretanto, pasa Juana caminando tranquilamente, lleva en su brazo derecho un par de libros y sobre el hombro izquierdo una mochila azul muy cargada, después de chequear unos títulos en recepción decide sentarse para descansar un poco de la pesada mochila y elige la misma mesa en la que esta Agustín para esto. Al tomar asiento, en un descuido tira la mochila sobre las cosas de Agustín, aplastando los anteojos; el sonido de los cristales al romperse sorprendió a Juana, que curiosa levanta la mochila, y al ver los anteojos destrozados se exalta y se dice: “¡Mierda!”.
Se pone de cuclillas, toma el anteojo e intenta darle forma, al ver que no podía arreglarlos, inclina la cabeza para atrás y toma aire; es ahí que ve el enorme reloj que cuelga en la pared, marcando las 14:15 , percata que es tarde. Ante la culpa por haber destruidos los anteojos y el apuro de irse opta por dejar una nota, la que dice:
“Perdón, rompí tus anteojos, fue un accidente. Estoy complicada con el tiempo, si me esperas en media hora vuelvo...”
Y se va rápido hacia el ascensor que esta cruzando el salón.
Llega Agustín, corre la silla con cuidado para no hacer ruido y romper el silencio que gobierna el ambiente; se termina de acomodar, bosteza y se refriega los ojos con las palmas de las manos, los tenía irritados. Ordena los apuntes y comienza a estudiar nuevamente, y es cuando encuentra la nota de Juana, la lee con intriga, sorprendido ve las gafas y jugando se las pone, suelta unas carcajadas y los deja a un lado; Mira su reloj y sigue sin mas problema en lo suyo.
Los ojos le comienzan a llorar, ya era mucho el esfuerzo que estaba haciendo con la vistas, los libros eran muchos y a pesar de su ubicación la luz era débil, nuevamente se frota los ojos y es cuando levanta la vista que ve venir a Juana, lleva la mochila tomada con ambas manos y la cara totalmente colorada, se acerca y ella le dice, sin mirarlo a los ojos, “ Perdona estaba apurada, y no me fije...”.
Agustín la interrumpe con un efusivo “Juana!!!”
A lo que ella reacciona, levanta la mirada y sin decir nada, suelta la mochila y lo abraza con fuerza, y entre sollozo le dice ” ¿¡Agustín!?, donde estuviste... te extrañe..., te extrañé un montón!!!...”
Él la toma de la cintura y la aleja; Y con un gesto con la cabeza le indica que se siente. Ella no le hace caso, le toma de la mano, lo mira, cono si estuviera descubriendo a otra persona. Él dice “¿Cambie algo?”
“ Si, como no vas a cambiar... tanto tiempo..” responde y dice “ Nunca más, ¿Porqué?”
Él le suelta la mano, no la mira, gira la cabeza hacia los libros y dice en un tono oscuro y bajo “Viajes, mala juntas, y de todo un poco... pero ya estoy acá..”
Un largo silencio interrumpió la charla, ella lo toma del antebrazo izquierdo con la mano derecha, inclina la cabeza buscándole la mirada, él le es esquivo, estaba llorando.
Se suelta, toma todas sus cosas, seca sus ojos con la manga de la camisa, respira hondo, se queda mirando la mesa, y dice “ Me voy...”. Ella no quería, lo vuelve a tomar, esta vez con mas fuerza, a lo que reacciona, sacude el hombro y se escapa. Se va, con un paso apretado, esquivando las mesas, tropezando con algunas las silla, pero sin detenerse...Juana, queda mirando como se va, no intenta nada, solo lo mira y murmura algo que se pierde entre sus lagrimas...